El quinteto de Nagasaki

Este bello libro tiene la elegancia de la literatura japonesa, junto con sorpresas que nos recuerdan a un thriller ligero. Y es que en esta novela, la intriga es el plato fuerte. Por eso engancha desde un principio, y después solo puedes seguir leyendo porque quieres saber más, pero llega un momento en el que intentas serenar la lectura, porque aunque cuenta con más de 400 páginas, este libro se lee solo.

Durante la lectura de esta novela vamos viendo la vida de cada uno de los cinco personajes principales, narrada por ellos mismos. Este cambio de voces es práctico para poder conocer todos los recovecos de la historia, y fácil de seguir, ya que uno detrás de otro se van pasando el relevo para narrar sus vivencias. No se sabe en cada comienzo de capítulo qué personaje se va a encargar de hablar, pero es agradable el empezar a leer las primeras páginas para poder descubirlo por ti mismo. Es una especie de juego que la Shimazaki se trae con el lector, y que hace que el sentimiento de inclusión y participación en el libro sea mayor.

La autora no solo da simples datos históricos, sino que nos da una cierta idea de lo que sintieron los japoneses en ciertos momentos de su historia más reciente: el terremoto de Tokio de 1923, la participación de su país en la Segunda Guerra Mundial, las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, los conflictos con Corea… Es curioso cómo se habla a la ligera de conflictos bélicos y no se suele pensar en la población civil cuando hablamos de historia, y gracias a este género literario podemos humanizar estos puntos históricos.

Este libro no solo es recomendable para los amantes de la cultura y literatura japonesa, sino también para cualquiera al que le guste descubrir por sí mismo la respuesta a varias preguntas que van surgiendo a lo largo de la lectura. No llega a serlo, pero tiene el alma de thriller.