 |
«Frankenstein» o «Frankenstein o el moderno Prometeo», metafóricamente llamado así, pues el protagonista intenta superar a Dios, robándole el fuego de la vida y, como generalmente es sabido, creando un nuevo ser a partir de la muerte: El monstruo de Frankenstein. al principio, se nos presenta un personaje que se encuentra en mitad de un viaje y describe, por medio de cartas, sus pensamientos y hazañas a su hermana. Este, tras desear fervientemente conseguir un amigo, se topa con un extraño y débil hombre por el que comienza a sentir curiosidad y, poco después, cariño. Así pues, escucha y anota atento la historia de la vida de Victor, la razón por la que acaba tan lejos de su hogar y en semejante estado. Casi todo el resto del libro es narrado por este último, en una especie de soliloquio dramático que deja entrever el tormento que lleva sobre sus hombros a causa de un error cometido en la juventud. Los momentos felices son escasos y casi siempre vaticinan un horrendo suceso. El protagonista es un interesado por la ciencia (aunque se recalca en varias ocasiones que las teorías que estudia ya han sido refutadas, incluso un profesor de la universidad le confiesa que ha perdido el tiempo) y por otras cuestiones un tanto tétricas, que denotan lo narcisista que es. “Era bien distinto cuando los maestros de la ciencia perseguían la inmortalidad y el poder: aquellas ideas, aunque eran completamente inútiles, al menos tenían grandeza [...] Se me estaba pidiendo que cambiara quimeras de infinita grandeza por realidades que apenas valían nada.” Obviamente, se pega la hostia del siglo. La culpa, el asco y el malestar lo persiguen allá donde va, después del resultado de su imprudente proyecto. ¡Pero no, a él solo le importaba la gloria, el sentimiento de ser superior! Y bien merecido que se lo tiene (no me cae muy bien, como habréis comprobado). En algunos momentos me da pena, incluso conecto con él, pero... (TEAM MONSTRUO 😂😂) Sin duda, a pesar de las atrocidades que comete el “demonio”, me ha hecho sentir compasión y rabia porque, después de todo, ese humanoide al que se le ha otorgado vida solo deseaba cariño y comprensión; sin embargo, obtiene todo lo contrario, solo por su aspecto. de ahí que se convierta en un ser repleto de ira y rencor, ni siquiera su propio creador le da una oportunidad. A partir de su primer encontronazo, ambos personajes se enzarzan en una lucha un tanto extraña por ver quién se venga de quién antes y de la peor manera, quién sufre más y quién acabará estando satisfecho llegado el momento. Me resulta una relación de amor-odio bastante singular; parece que, aunque se enfrentan por diversos motivos, existe un atisbo de necesidad, incluso aprecio, que surge (sobre todo del monstruo) durante ese largo y tedioso periplo en el que se embarcan. Me ha encantado, de verdad. Mucho más sabiendo que la escritora apenas había cumplido la mayoría edad cuando completó esta obra que ha pasado a ser un clásico, y bien merecido. «Frankenstein» pasa a ser uno de mis libros favoritos, ¡vaya que sí! ✨ |
>
