El priorato del naranjo

La Reina Sabran siempre ha sentido el peso del mundo sobre ella, sucesora de un gran legado, su deber es tener una sucesora que evite la vuelta del innombrable, y así mantener su casa y los reinos de las virtudes. Entre sus damas más cercanas encontramos a Ead, una joven con poderes que deben permanecer ocultos; la magia está prohibida en todo el reino, cuya misión es proteger a Sabran, de todos aquellos que intentan acabar con ella y su legado. Mientras en el este, Tané espera ser nombrada jinete de dragón, el mayor honor para los jóvenes soldados, y así convertirse en compañera y amiga de un dragón. Dos reinos divididos por la tradición y sus costumbres que sin embargo, deberán hacer frente a un enemigo ancestral que amenaza con destruir el mundo tal y como lo conocen.

A pesar de la gran cantidad de personajes que se nos presentan podemos destacar cuatro narradores; Ead, una joven maga llegada de un sociedad secreta cuya misión principal es proteger a Sabrán, la portadora del legado que permitirá destruir al innombrable, Loth, el mejor amigo de Sabrán, que ha sido apartado de la corte y que irá conociendo el mundo que hay más allá del reino de las virtudes, Tané, una joven soldado que aspira a convertirse en jinete de dragón y así poder proteger al reino a lomos de un dragón de mar, y por último a Niclays, un médico alquimista exiliado por la reina Sabran, después de que éste le prometiera descubrir el elixir de la vida eterna. Aunque no conozcamos sus pensamientos y opiniones de primera parte debemos destacar a Sabran, una joven reina que se nos presenta como algo caprichosa y voluble, con una gran carga sobre su espalda y una corte llena de traidores deseosos de influir en sus opiniones y conseguir llevar a término sus planes.

Aquí reside precisamente una de las cosas que hacen a esta historia una gran obra feminista; el peso de la historia recae casi al completo en Ead y Tané, dos puntos opuestos que sin embargo, tienen en su mano salvar el mundo. Heroínas que aunque tengan el peso del mundo sobre sus hombros son personas reales con todas las emociones que eso supone; amor, envidia, codicia, miedo, etc.

Desde el minuto uno, la autora entra directamente en faena, sin pararse a explicar este mundo tan complejo y enrevesado, aunque eso pueda suponer algo de desconcierto en sus primeras veinte páginas, su manera de contar las cosas mantiene al lector enganchado, y conforme pasan las páginas, el mapa comienza a cobrar sentido. Roca, para evitar este desconcierto inicial, ha incluido al final del libro, una guía de cada reino y de los personajes que vamos conociendo; todo un ACIERTO!!!.

La ambientación es seguramente lo mejor de todo el libro.En una época histórica similar a la medieval, encontramos un mundo dividido por la religión, todas ellas interpretaciones diferentes de los hechos que ocurrieron hace mil años, esto es; la lucha contra el innombrable y cómo este quedó recluido en el fondo del océano. Para el oeste, todas las bestias son seguidores del innombrable y deben ser aniquiladas, mientras para el Este los dragones son seres sagrados y los consideran dioses. Todo con un un punto mágico, además de dragones encontramos magas con poderes especiales, árboles míticos cuyos frutos proporcionan la inmortalidad, etc.

El priorato se ha convertido en el mejor libro de fantasía que he leído en los últimos años. Un grito a la fuerza de las mujeres y a los libros de fantasía bien elaborados. Dragones, magia, un ser demoníaco que amenaza el mundo, países enfrentados por la religión, una historia ancestral enrevesada pero fascinante, ¿aún estáis dudando?. ¡¡¡TENÉIS QUE LEER ESTE LIBRO!!!
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