“Solo una hora hubiera muerto yo antes de esto y feliz mi tiempo habría sido: pues desde este momento, nada hay serio en lo mortal: no es todo más que juguetes; gloria y gracia han muerto; el vino de la vida está vertido, y meras heces quedan por vanidad en la bodega” ~ Macbeth de William Shakespeare. Viajamos al mundo clásico de William Shakespeare y Macbeth, una historia ambientada en Inglaterra, donde el valiente Macbeth es elogiado por el rey Ducan por sus grandes resultados en las batallas. Cuando las tres brujas le pronostican que llegará a ser rey, la ambición de Macbeth va creciendo y su impaciencia se acrecienta tras la recompensa real que le concede a Macbeth más títulos. Cuando Macbeth le comunica a su esposa Lady Macbeth cuál será su futuro, esta decide no esperar y diseña un plan para matar al rey y aupar al trono a su marido. Pero ya sabemos el dicho ese de “si quieres conocer de verdad a alguien dale un carguito” y aquí el cargo a Macbeth le queda tan grande que no sabe ejercerlo y se arma buena. En fin, Shakespeare y drama. Nada más que decir, señoría. Una historia corta, dividida en cinco actos, y no de fácil lectura de manera uniforme; es decir, hay partes que se leen muy bien y otras en las que cuesta un poco entrar en materia. Ayuda leer antes la introducción y saber de qué va la obra porque en algunos diálogos te pierdes un poco. Aun así merece la pena asumir el riesgo e intentarlo. Eso sí, si queréis una versión más actual y diferente, os recomiendo Macbeth de Jo Nesbo, bastante más larga pero una maravilla. |