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La libertad es la ausencia del miedo. Tal vez, esa frase alguno de vosotros no la comprenda, por eso voy a explicarla. Como mujer no conozco la libertad de ir por la calle y sentirme segura. Como mujer soy valiente porque no me queda más remedio, incluso a golpes he tenido que defenderme. Desgraciadamente, como mujer no soy libre. Eso es algo que se muestra en cada página de esta novela. Este verano quería lecturas "light", pero sabía que esta sería la excepción, ( y menuda excepción!!!). Una lectura hermosa, profunda, intensa, inspiradora y terrible. Nos muestra la vida de un variopinto conjunto de mujeres (principalmente) unidas en la periferia de la sociedad, rechazadas por motivos diversos. Su protagonista está muerta en un contenedor, así de contundente comienza. Ella sabe que está muerta. Es consciente, pues desde el momento de la muerte hay unos diez minutos en los que el cerebro aún funciona. El libro es una visión panorámica de los recuerdos que vuelven a ella en ese breve espacio de tiempo: los secretos de su familia, el sufrimiento que le ocasionaron los que debían cuidarla y amarla, su gran amor, sus amigos, el sabor y aroma del café de cardamomo... Todo ello envuelto en el innegable amor a su tierra, Turquía. Cuna de Imperios, de leyendas y exotismo (a ojos europeos). En el último siglo ha cambiado mucho, con su apariencia cada vez más occidental (incluso en su escritura), pero las mujeres siguen luchando contra un mar de limitaciones y tradiciones. Es un libro duro que muestra la vida de mujeres, prostitutas, transexuales... en Turquía de mediados a finales del siglo XX. El día a día de los rechazados de la sociedad. En conjunto, no es un libro triste aunque acabé emocionada cuando sus recuerdos se terminan y solo sus amigos sufren su pérdida. En ese tramo del libro sentí que era barrida por una ola de tristeza, pero después me recuperé gracias al resto de personajes. Entonces, de forma sorprendente comencé a reír con la locura maravillosa que se les ocurre a los amigos de Leila. La belleza también duele y en esas páginas está la demostración. Todo el tiempo sabes que Leila está muerta, pero en ningún momento pierdes el interés por el relato, eso ya demuestra la magia y verdad que Elif Shafak imprime en sus palabras. Logra acabar una historia tan complicada con un toque de esperanza, de humor y alegría. Una lectura muy hermosa y valiente en la que aprendes sobre la historia de Estambul en el siglo XX, sucesos que ocurrieron a finales de los años 70 (antes de que yo misma naciera). Recomiendo que lean (o escuchen el audiolibro) incluida la parte final con la nota al lector donde menciona una ley terrible y vergonzosa que afectaba a las prostitutas. |
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