El cerebro es capaz de permanecer activo hasta 10 minutos y 38 segundos tras la muerte de una persona. Y esta curiosidad es la que lleva a Elif Shafak a explicar la vida de Leila en este libro tan especial. Tres actos: mente, cuerpo y alma. Ella está inerte en un contenedor de basura a las fueras de Estambul, la han asesinado y tiene esos poco más de 10 minutos para rememorar sus amistades, locas, diferentes y que han huido tanto o más que ella. Y tiempo para pensar en su familia, sus dos madres, su padre y el concepto “hogar”. Leila vive algo parecido a aquello de he visto mi vida pasar pero explicado con una sutileza y delicadeza que hace que este libro se deba leer a sorbos. Hay que saborearlo. Porque la forma de escribir de la autora bien se lo merece. Es brillante. Leila está muerta pero su pasado nos habla de huidas, de desigualdades, de jóvenes desfavorecidos, de abuso sexual, de injusticias, del cuerpo y alma y de la amistad y su lealtad…y de un país en plena transformación. Pero también de olores, sensaciones y aromas de comida callejera típica de Turquía. Un viaje en toda regla. |