Project City Hunters - Los hijos malditos

Existe una Bogotá oculta a los ojos de los transeúntes comunes. En esa versión oculta de la ciudad habitan todos los seres de los que alguna vez hemos escuchado hablar como simples mitos urbanos o historias del monte donde vivían los abuelos y con los que los asustaban a ellos para que se manejaran bien. En esa Bogotá oculta viven hombres lobo, vampiros, madres monte —no sé acá donde pondría el plural—, padres barro y tantos otros seres sobrenaturales que ya habitaban América o que llegaron con el correr de los años. Esta es la ciudad que nos muestra Sergio en su Project City Hunter: Los Hijos Malditos, una ciudad de la cual quedan muchas cosas por descubrir.

En esta ciudad, Alejandro es un cazador retirado de un cuerpo secreto llamado Gólgota que se encarga de forma oficial de estos asuntos. Ahora Alejandro se gana la vida cazando por su cuenta estos seres que de vez en cuando se salen de control y hacen una que otra travesura en las calles capitalinas. Todo parece ir bien en su vida de cazador hasta que un día su misión lo llevará a recabar en su pasado. Un poco molesto para cualquier hombre —cazador o no— que quiere dejar atrás un viejo amor.

De pronto la caza de la presa se mezcla con una partida de rol que a simple vista parece un simple juego, pero que luego van a descubrir que tiene más relación de la esperada y que los ayudará en su misión. El uso de las partidas de rol me pareció un elemento muy interesante y que puede generar una curiosidad en las personas que nunca han participado de una a que se unan y aprendan sobre los juegos de rol.

Con este libro me pasó algo muy particular y es que no logré nunca imaginar que durante la historia fuera de día en un solo momento, obviamente había escenas que sucedían a la luz del día, pero el aura y el contexto que da la historia no me permitían imaginarme un solo momento un solo rayo de luz sobre Bogotá, para mí siempre hubo una oscuridad que cubría todo.

La mezcla de seres imaginarios europeos con los americanos es un toque bastante interesante y que tiene mucho potencial. Es un recurso que sirve para aprovechar la riqueza de los mitos que hemos escuchado de los abuelos en sus días pasados en el campo. Acá se logra darle un tinte más urbano y contemporáneo a esos seres, darles un lugar donde habitar en la actualidad y un motivo por el cual siguen entre nosotros. Obviamente eso no se logra con todos los seres propios de la cultura oral, pero las menciones son justas y abren la puerta a un mar de posibilidades increíble que espero sea explorado luego.

Ser capaz de imaginar un mundo oculto a los ojos de nosotros los simples mortales es la principal virtud del libro, pues se logra aprovechar un sitio ya conocido, con referentes en la vida real tanto físicos como históricos que ayudan a entender lo que pasa conforme la historia avanza. Algo así logra que uno llegue a creer que en efecto la toma al Palacio de Justicia fue una operación sobrenatural o que se crea las explicaciones que se dan sobre los lugares más problemáticos de la capital. Todo esto se logra con ese aire urbano y coloquial siempre sobre la mesa, con diálogos que son fáciles de imaginar, pues sin duda serían los que uno escucharía en la calle, con situaciones que no son ajenas y con lugares que son fácilmente imaginables —así escondan una cara un poco más oscura—.

De esta forma se abre una puerta a un mundo dentro de la fantasía oscura que tiene potencial y que no necesita llenarse de simples referencias a lo que conocemos y hemos visto en mil y un formatos para ser bueno, acá hay toque propio, acá hay despliegue de imaginación que no me extrañaría si es producto de los viajes en transporte público en medio de la selva de cemento.

Un detalle menor, que por momentos me dejó perdido, que me desconectó y que sé que se puede mejorar fácilmente, y justo por eso es que lo voy a mencionar, es el hecho de que no hubiera venido mal una revisión del manuscrito un par de veces más: Un par de tildes diacríticas, unos errores en los verbos en pasado y un par de signos de puntuación mal puestos aquí y allí le quitan un poco de esplendor a la obra, que con una trama sencilla, pero con un marco increíble logra mucho por el género fantástico nacional.