Hermoso libro. Cortito y contundente. Relatado desde un realismo mágico abrazador, revela la historia de un viejo que aprendió a vivir en el Amazonas. Por posesiones contaba con una casucha, la foto de la mujer que amó, la selva, y su deseo de leer. “Cuando un pasaje le agradaba especialmente lo repetía muchas veces, todo las que estimara necesarias para descubrir cuan hermoso podía ser también el lenguaje humano” No era humano él? Habría que detenerse en este punto. Su amor por la tierra, los indígenas, los animales, la selva, la naturaleza, ponían una distancia entre èl y los “civilizados” que llegaban vestidos, armados, llenitos de codicia. “Los colonos destrozaban la selva construyendo la obra maestra del hombre civilizado: el desierto “ Es una oda al cuidado de la naturaleza, al respeto por los indígenas, al amor a los animales y un “me quito el sombrero” a la pasión por la lectura. Es, a través de la literatura, que el lograba soportar la soledad, la vejez, la estupidez de la avaricia. Recomendado. |