A quien corresponda: necesito que este libro tenga una continuación. Gracias. Llegué al final y quedé ¿Y entonces? No es que termine mal, es que yo necesito finales felices con todo bien cerradito para irme a dormir tranquila; Bueh, dormir... lo que se dice dormir más en historias en las que se mezclan ficción - realidad y una realidad tan cercana a mis afectos... a quienes nunca les gustó hablar de esa época. ¡Qué dolor lo no dicho! Sobre todo cuando no se puede decir aunque se quiera; la falta de libertad de pensamiento, de acción, de culto, de idioma… de ser quién quieras ser. La historia está contada a varias voces que se distinguen perfectamente y la información de contexto está hilada de forma tan natural que te pone ahí. Además, cada capítulo -corto- abre con informes, manifiestos, entrevistas y/o memorandos de extranjeros que permiten la mirada real. Se nota que la autora se documentó muchísimo, (el libro incluye como diez páginas de agradecimientos y fuentes) pero no cayó en la tentación de tirar datos y más datos porque sí; cada cuestión que aborda tiene su razón de ser. Me dolió en el pecho más de una vez mientras leía y me hubiera resultado más confortable un final "más de novela", pero quizás este sea su estilo. No recuerdo haber leído nada antes de Ruta Sepetys y es algo que pienso resolver porque me encantó su estilo sencillo (que de sencillo no tiene nada) de mostrar y trasmitir. |