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Addie Larue es un espíritu libre que no se conforma con la vida que le es asignada en su pequeño pueblo de Villon. Una noche lanza una plegaria a los dioses, y es escuchada por la oscuridad, transformándose en su maldición; Addie es inmortal y libre para vivir la vida que quiera para siempre, pero nadie la recuerda, no deja huella en el mundo ni en las personas, no existe, es invisible… y un buen día, tras trescientos años vagando por el mundo conoce a Henry… ¿Qué esconde Henry? A partir de esta premisa tan original y brillante, avanzamos en una novela tierna, dulce y triste, de las de tener al lado la caja de pañuelos para llorar a moco tendido. La novela me ha gustado mucho, está escrita de una forma bellísima, el personaje de Addie es de los que te calan hasta el alma, sufres y te emocionas constantemente con ella, así que sólo le achaco dos hándicaps, y es que el final se me hizo previsible totalmente una vez conocida la historia de Henry y me dejó un poco fría, y que quizá eché un poco de menos ahondar en ciertos momentos históricos que vive Addie y que sólo se nombran de refilón. En resumen, totalmente recomendable e id con cuidado los que tengáis la fibra muy sensible. Y por cierto, ¡yo también quiero un gato llamado Novela! 🐱🐈 A los que la habéis leído… ¿A cambio de qué venderíais vuestra alma al diablo? Yo no quiero la inmortalidad para nada, sufriría mucho viendo morir a los que más quiero, ahora sí, siempre he dicho que de poder pedir algo del estilo, pediría poder parar el tiempo a mi antojo (aings… lo que leería…) o el teletransporte. Lo mío siempre va por ahorrar tiempo ⌚, bendito tesoro. |
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