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El viaje de Addie es muy entretenido, mágico, pero también oscuro. Desde que comenzó su viaje ha tenido que aprender sobre la maldición que tiene encima, como vivir con ella, como poder sacar provecho. Y aunque la soledad inherente a ser olvidada siempre está sobre ella, Addie sabe cómo no rendirse y disfrutar de todo lo que puede ver del mundo que va cambiando a su alrededor. Quizás su relación con Luc sea una de las cosas que más me gustaron al principio, porque uno intenta hacerla caer, la otra aún así quiere seguir viviendo. Me gustaba su relación romántica a pesar de que al final descubres que es bastante tóxica. Henry es lo contrario del tipo malo y es muy dulce y todo lo que Addie necesitaba. El final de este libro me rompe tanto el corazón como me emociona. |
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