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No tenía pensado leer otro libro más de Victoria Schwab hasta terminar su trilogía Sombras de magia, pero me topé con esta bilogía por casualidad cuando fui a la biblioteca y no pude resistirme a llevármela. El caso es que he disfrutado mucho de esta primera parte, sobre todo de la idea que nos presenta esta novela, aunque es cierto que esta fue de las primeras novelas de la autora y eso se nota en algunos puntos que podrían haberse desarrollado mejor. Victoria Schwab nos presenta un mundo donde existe el Archivo, el lugar donde se almacenan las Historias, que vienen a ser una réplica de las personas fallecidas, como una copia de la historia de esa persona, de lo que fue y lo que vivió. Las Historias normalmente están dormidas, pero hay algunas que se despiertan y huyen de donde están almacenadas, se desbordan (algo así como ponerse agresivo y un poco loco) y hacen lo que sea necesario para salir al Exterior, por lo que normalmente se pierden en los Estrechos, que son como los pasillos que conectan una realidad con otra. Nuestra protagonista, Mackenzie (o Mac), es una Guardiana, por lo que se encarga de dar caza a esas Historias desbordadas y de enviarlas de nuevo a su lugar. Ni que decir tiene que la existencia del Archivo solo es conocida para sus miembros, por lo que las personas ajenas no tienen ni idea de que algo así es posible. De lo que más he disfrutado es, sin duda, del worldbuilding creado, me parece una idea asombrosa y original, y es muy guay ir descubriendo cómo funciona todo lo relacionado con ese mundo, especialmente la manera en la que se caza a las Historias, que me pareció muy curioso y también cómo cambia según sea una u otra, y los secretos que esconden los miembros del Archivo sobre su funcionamiento, que son preguntas que nos hacemos tanto los lectores como nuestra protagonista. Asimismo, me encantó, en primer lugar, la capacidad de Mackenzie para leer las cosas y los lugares, esa manera de atender a lo que ocurrió en el pasado y rebobinar como si fuera una película, yo estaba como una niña mientras leía las partes en las que Mackenzie leía lo que había ocurrido en la habitación del antiguo hotel. En segundo lugar, me gustó mucho la forma en la que Mac siente a las personas, como con tocarlas estalla en su mente un revoltijo de sentimientos, pensamientos y sonidos y lo incómodo de lo mismo, de ahí que evite el contacto físico y también que lleve siempre puesto el anillo inhibidor. Sin embargo, también se encuentra en esta idea el principal problema del libro, al menos como yo lo veo. Y es que creo que la autora, queriendo transmitirnos lo poco que sabe realmente Mac sobre el Archivo y lo que esconde, nos mantiene demasiado a ciegas sobre el mismo en el transcurso de la novela, relatándonos pasajes confusos, sucesos que no terminan de tener sentido para nosotros, desorden en algunas cuestiones... Es mucha información repentina y siento que no fue tratada de una manera en la que pudiéramos asimilarla de la mejor manera, que ojo, no le quita brillo a la originalidad de la idea, pero sí que le impide explotarla al cien por cien. Otro punto fuerte se da en la ambientación del lugar a donde se muda a vivir Mac con sus padres: un antiguo hotel, con aspecto gótico y vecinos un tanto peculiares. Nada más llegar, el sitio invita a investigar, y más cuando tiene un pasado que parece que la gente no quiere que salga a la luz. Asimismo, los personajes me han gustado, sobre todo Mac ha sido una protagonista que me ha sorprendido para bien. En Mac vemos lo que es tener dos caras por necesidad, el tener que hacer malabares para combinar sus dos vidas y que ninguna interfiera en la otra, cómo se esfuerza por mantener a las Historias a raya y a la vez estar bien para su familia, mentirles a la cara y que no sospechen nada de al peligro al que se enfrenta a diario ni de las cosas que puede hacer o conocer. También incidimos en cómo lleva esa doble cara por dentro, cómo le afecta a ella el no poder hablar con nadie de El archivo ni de su día a día en él o de como esa vida la hace sentir sola; muy capaz de realizar sus funciones, pero sola. El resto de personajes me han gustado, pero es cierto que son un poco más planos, aunque no por ello he disfrutado menos de sus apariciones. En especial, destaco a Wes, un chico que lleva delineado negro y pelos de punta que da vida cada vez que entra en escena, por su naturalidad y por su capacidad para que Mac se encuentre a gusto, cosa que es mucho decir, ya que la pobre siempre está alerta. Podemos decir que será algo así como un compañero de fechorías jaja También es importante Da, sobre todo por los consejos que le daba a Mackenzie, nos permite comprender cómo fue criada ella, con qué enseñanzas y también hasta que punto pertenecer al Archivo influye en tu personalidad y en ser calculador en todo lo que haces. Asimismo, le he cogido cariño a Roland, el Bibliotecario que es el principal apoyo de Mac, porque siempre la protege e intenta ayudarla en todo, confiando en ella y sus habilidades. Por último, he de mencionar que el libro refleja lo que es pasar por un duelo. Digamos que no se centra mucho en cómo se vive el dolor, al menos no de la manera en la que sí profundizan otros libros, pero sí plasma bien lo que provoca esa pérdida en una familia, como cada uno lo enfrenta a su manera y se empiezan a vivir actitudes diferentes y surgen nuevos miedos. También muestra la necesidad de aferrarse a los recuerdos con esa persona y como seríamos capaces de cualquier cosa con tal de volver a tenerla de vuelta. Enlace: http://adictaloslibros.blogs.. |
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