—Tu mente necesita que la desafíes constantemente, Nora, sobre todo porque eres una mujer. No dejes que te conviertan en un maniquí que habla cuando se lo ordenan.
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—Tu mente necesita que la desafíes constantemente, Nora, sobre todo porque eres una mujer. No dejes que te conviertan en un maniquí que habla cuando se lo ordenan.
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Dos años era el tiempo máximo que Clint había permanecido con una mujer. Norma aún tenía esperanzas de que la cambiara por una chica más joven, pero él se mantenía firme diciendo que ella era suya.
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—Raquel me ha dicho que tienes la marca del diablo. —Yo no diría que es la marca precisamente del diablo... —Cerré las manos, como para protegerme. |
—Helen, ¿en serio? Los dos sabemos de qué estoy hablando, ¿verdad? Sí, yo lo sabía. |
Eres un lunático. No te conozco. Tengo treinta y tres años, no cien. Jamás me he encontrado contigo en Francia... ni en ningún otro lugar, ya puestos. ¿Y mi madre? Ella trabaja para el Instituto Nacional de Salud. No te... llamó en 1895, te lo aseguro.
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Washington es, en esencia, un pueblo sureño de personas esnob con un código de vestimenta en común.
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—Somos el amor que se suponía que no debía ser y, sin embargo, aquí estamos. Yo sigo volviendo una y otra vez, como por inercia, con Marchant, pero eres tú, ¿verdad? Se hizo el silencio. Luke se cubrió la cara con la mano y advertí que tenía lágrimas en los ojos. —¿Has tardado todo este tiempo en descubrirlo? ¿Por qué el maldito último día, Pelirroja? ¿Por qué? |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?