Persépolis

Esta novela se publicó en cuatro volúmenes pero hay una edición integral publicada por Norma, esa es la que he leído yo y me ha ocupado cuatro días pues mi idea era hacer volumen por día, cosa que os aconsejo para no saturaros de texto, viñetas y contenido. 

Lo primero que nos llama la atención es la portada, como no, donde destaca el rojo y el negro, sin muchos detalles, figuras redondas y bastante simples. Después, cuando abrimos el primer volumen, podemos observar como el texto predomina sobre los dibujos.
Los personajes están realizados en blanco y negro, sobre fondo del mismo color, o blanco o negro, y como os comentaba, es todo bastante sencillo: figuras, escenarios, ciudades... está claro que es el texto el que quiere llamar nuestra atención, las imágenes lo acompañan y no al revés como sucede en la mayoría de cómics. 
Además de alguna manera la autora nos dice que la vida era en blanco o negro, no hay matices, el gris no existe ni tampoco el color.

La historia es autobiográfica y en ella la autora nos cuenta como creció en un régimen fundamentalista islámico, precisamente debido a ello dejó el país para ir a Viena aunque al cabo de unos años volvió a su casa. 
Marjane Satrapi parece no encajar en ningún lado, cuando es pequeña sus padres tienen un nivel socioeconómico elevado y eso la hace diferente a los demás niños, también tienen ideas progresistas y son laicos.

La novela gráfica empieza en 1980, en ese momento Marjane podía ir al colegio sin velo, después llegó la Revolución Islámica y se acabó la modernidad en Irán. No esperéis encontrar en la novela el por qué de las cosas, ella las vivió así y así es como lo cuenta, lo que se encontró y como se sintió, su contacto con el punk, con la música que venía de fuera, el sexo, la relación con sus padres, con las autoridades...

Pero, a pesar de que me ha gustado, pensé que sería un retrato más duro de la represión que sufría el país, es verdad que la protagonista se fue varios años al extranjero pero creo que mientras estuvo viviendo en Irán sufrió más de lo que cuenta en el libro, me da esa sensación, como ha que retratado una cara no del todo desagradable, con momentos de broma e incluso ciertas frivolidades que me han hecho arrugar un poco la nariz, sí, esperaba más represión, más violencia, más crudeza, pero el problema es mío por esperar algo más. 

En definitiva, es una novela gráfica que está muy bien, personalmente preferiría que entrara en más detalles de lo que pasaba en realidad y no se quedara tanto en la superficie, aún así, creo que puede ser interesante para entender lo que ocurrió en Irán y como se pasó de no usar el velo a la supresión de las libertades, sobretodo las de las mujeres.

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