Elvira Sastre nunca defrauda. Leer este libro es como internarse en lo más íntimo del ser humano, en el dolor de la pérdida, en la herida abierta y sangrante de una relación que se ha terminado, en la nostalgia y en la melancolía, pero también en el aprendizaje y la reconstrucción de uno mismo. Leer a Elvira es reconectar con lo emocional, es desgarrarte por dentro y recomponerte para continuar. Todo aquel que haya sentido el dolor de una ruptura se verá identificado en cada una de sus palabras, que aún siendo sencillas, cercanas y cotidianas tocan todas las fibras del corazón. Sin demasiadas pretensiones, sin complejas metáforas y sin versos rebuscados este poemario se acaba convirtiendo en un lugar al que desear volver una y otra vez.
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