Nada que declarar

Nada que declarar es una historia totalmente diferente a lo que suelo leer normalmente. En él nos adentramos en la vida cuotidiana del protagonista, donde conocemos sus gustos, sus aficiones, sus intereses, sus sentimientos... Conocemos también a su padre, a su novia, a su amante y a sus amigos. Todos juntos hacen que la historia de nuestro protagonista sea más interesante y dé un poco más de juego en las escenas que engloba este libro.

Los temas que trata esta trama hay que decir que son muy variados entre sí: el amor, el sexo, la amistad, la historia, la política, el arte... La verdad es que es una mezcla bastante grande tocar tantos puntos interesantes en un sólo libro, lo que ha dado más entretenimiento a la trama en cada capítulo.

Empecemos hablando de los capítulos, ya que me han parecido bastante largos en algunos puntos, además de que había párrafos muy extensos y eso me agobiaba un poco a la hora de la lectura, porque sentía que nunca llegaba al final de ese capítulo o esa trama. Por otro lado, en cuanto a los capítulos nos encontramos que Beñat Sarasola nos cuenta la historia desde dos tiempo, uno primero y el más presente que es la actualidad, y luego nos encontramos como algunos retales del pasado de nuestro protagonista, donde podemos conocer mucho mejor lo que sucedía en su vida antes y porque ahora le pasan o piensa ciertas cosas.

Sobre las tramas, como he dicho hay bastantes temas los que se tocan a lo largo de la historia. Obviamente, al haber tantos y al ser una tipo de lectura no común en mis estanterías, ha hecho que algunos temas me interesasen más que otros. Por un lado, la trama de la novia y la amante me han parecido interesantes, quizás más el de la amante porque daba como más juego a la trama. Por otro lado, el sexo es muy explícito lo cual me ha gustado que se hable sin ningún tipo de tabús, pero también os digo que no es ni empalagoso ni demasiado, es decir hay pocas escenas de sexo, las suficientes para que la lectura sea llevadera. En el caso de la amistad, siento que aunque ha habido no me ha parecido de lo más interesante, puesto que a partir de ello el protagonista tiene ciertos problemas. Por otro lado, el tema de historia aunque me parece interesante en general la historia, en este caso tengo que decir que no me terminaba de llamar la atención porque es un tema que no me interesa del todo el que se toca en concreto, aunque para quién sea curioso esta bien porque el escritor lo cuenta muy bien. Y luego el tema político, donde encontramos el tema de ETA, la verdad es que pensaba que sería el tema que más se tocaría en la trama, y aunque es uno de los más importantes, tengo que decir que no ha sido continuamente hablando de él, supongo que para no hacer la lectura tan llena de ese tema.

Sobre los personajes, como hay varias tramas también hay varios personajes. El principal, el protagonista, como es el que seguimos a lo largo de la historia es al que mejor conocemos. Siento que ha sido un personaje bastante normal, hacía cosas que estaban bien otras que no tanto, y supongo que este es el hecho de que no me haya metido en la piel de él ni me haya sentido empatizada por sus acontecimientos, pensamientos y sentimientos. Pero no por ello he odiado al personaje.

Por otro lado tenemos a Lucía, que yo siento que no termina de aportar tanto en la lectura como podría hacerlo, no me ha terminado de gustar, claro esta que sin ese personaje la historia habría sido muy diferente, pero era un personaje que no me apetecía y cada vez que salía con el protagonista solo tenía ganas de decirle que si no se daba cuenta de eso y de lo otro, aunque tampoco puedo juzgar a Lucía cuando el protagonista tiene una amanta, Miren. Miren me ha encantado, creo que es el personaje que más me ha gustado de todos, y es que siento que le da otro toque a la trama y sobre todo a la vida del protagonista, aunque me da pena que sea la amante. Luego, tenemos a otros personajes, como los amigos, los policías y el padre, los cuales han dado juego a la trama pero no me han parecido tan interesantes básicamente porque quizás hacían o decían cosas que no eran de mi agrado o no los podía comprender lo suficiente.

Aún habiendo tenido algunos puntos en contra que no he terminado de amar a lo largo de la historia, tengo que decir que en parte siento que es porque muchas cosas al no vivir en Euskadi se me quedan a medio camino. Crecí en los noventa y dos mil sabiendo de la existencia de ETA, también de todo el tema político de esa zona, de los atentados y lo que se pedía, pero siento que a lo largo de la historia nos meten mucho en esos temas a los que ando un poco coja, pero no por eso me ha disgustado, me ha gustado meterme en una trama totalmente diferente a lo que suelo leer, pero sobre todo poder comprender mejor algunos puntos de vista del protagonista y como las cosas han cambiado del pasado a a la actualidad.

En resumen, Nada que declarar ha sido una historia que me ha hecho salir de mi zona de confort, conociendo a un joven que parece muy enamorado de su novia pero en cuanto puede pasa el rato con su amante. Un joven que cuida de su padre, aunque a veces parece que tiene prisa de irse en cuanto lo ve. Un joven que me ha enseñado sobre el carlismo y me ha metido de lleno en los noventa con las protestas, y también en la actualidad sabiendo como se siente y que piensa ahora de todo aquello.
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Dentro de la comunidad de Babelio me inscribí a la Masa Crítica Literaturas, con obras de ficción y no ficción literaria. Tuve la oportunidad de que me asignaran esta novela contemporánea y realista; la principal razón para incluir este libro entre mis opciones fue la proximidad del argumento.

La extensión de la novela no es ni breve ni extensa, sino un número de páginas suficiente como para tratar una historia en profundidad sin llegar a extenderse en extremo, algo que una atareada vida diaria agradece, lecturas que merezcan la pena y no lleven demasiado tiempo. A pesar de esto, me ha llevado más tiempo del que esperaba destinarle, porque justamente la proximidad de la temática me alejaba en ocasiones. El personaje protagonista tiene una edad cercana a la mía y lugar de nacimiento, San Sebastián, está a unos pocos kilómetros del mío así que, su pasado contexto histórico también es el mío. Ahora es bibliotecario y tiene una novia estudiando un máster en Madrid, pero también una amante y unos recuerdos que no comparte con cualquiera, porque haber vivido en aquella época y lugar requería posicionarse en una posición o en otra, aunque también en ninguna, que es su actitud actual, pero anteriormente optó por una opción que le trajo repercusiones que han llegado hasta su presente, con una vida amorosa complicada y una vida familiar no muy armoniosa.

El estilo literario del autor no ha sido de rápida lectura al menos para mí, debido a que mezcla narración y conversaciones sin ningún tipo de diferenciación, en numerosas ocasiones no es fácil ubicarse temporal y geográficamente en la historia, aunque los capítulos sí diferencien esos saltos en el tiempo, alternando los relativos al presente – pocos años antes del fin de ETA – y los relativos a su atribulado pasado, en plena era de la kale borroka. Esos cambios inesperados me han obligado a parar y releer los pasajes varias veces, de ahí la ralentización en la lectura, algo que no ha jugado a su favor, llevándome en ocasiones, sobre todo hacia el final, a desear que el desenlace se precipitara cuanto antes.

En fin, que yo tenía mejores expectativas respecto a esta novela, pero la anteriormente mencionada proximidad del contexto histórico, que en un principio me atrajo, al final terminó repeliéndome bastante, por los recuerdos personales respecto a aquella época. El argumento está bien, se crea cierta empatía por el personaje protagonista y hacia el nudo se pone interesante con intriga respecto a ver si se desvelará en qué consistieron esos oscuros recuerdos del protagonista, pero a pesar de todo ello deseaba que la historia llegara a su fín, que además en este caso me ha decepcionado un poco… Eso sí, para alguien que no haya vivido aquello y tenga curiosidad por saber cómo fue crecer en el País Vasco en los años 90 aquí tiene una gran oportunidad de aprender sobre ello, de la mano de un treintañero donostiarra, con sus reflexiones, sus sombras y sus decepciones.

El novio de una estudiante de arte con una relación un poco distante, tanto en lo personal como en lo físico (mientras ocurre la historia, ella está en Madrid y él en San Sebastián)
Un bibliotecario con estudios de literatura especializado en el Carlismo, un poco desengañado de la literatura en general, y que proclama que vive en un País Vasco carlista, sin carlistas.
El amante de una dependienta que se pasa todo el libro de escondite en escondite ejerciendo de amante (de forma bastante explícita), aunque parece que la cosa se puede complicar.
El hijo de un hombre enfermo terminal cuya relación no es la mejor, circunstancia que va empeorando en cada visita del hijo, no precisamente pródigo.
Un joven abertzale que empieza sus pinitos en la kale borroka 15 años antes que los protagonistas anteriores
Un treintañero que fue aquel joven y ahora se arrepiente de ello, máxime cuando ese pasado se le presenta delante en forma de policía secreta.
Todos estos personajes en realidad son la misma persona. El narrador va desarrollando a lo largo de sus páginas todas estas facetas, sobresaliendo sobre todas las historias la del joven abertzale, no en balde son los únicos pasajes en que el autor habla en primera persona, llevando este tema a su máxima expresión en el capítulo donde es detenido y torturado, contándolo de una manera tan en primera persona que te hace sentir que llevas esa venda puesta. Sin embargo, los capítulos donde no habla de su pasado como joven "jarraitxu" son contados en tercera persona, no creo que sea casualidad ni baladí..
En definitiva, un libro bien escrito, bien contado, con una trama no muy diferente a la de millones de personas que cuando empieza no promete mucho, pero que poco a poco va tomando forma y va claramente de menos a más donde cada personaje va ganando conforme los vas conociendo.