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Abordo la reseña de la primera lectura conjunta del #vecindarioliterario con algo de nervios y mucha emoción, y es que “Historia del cerco de Lisboa”, de José Saramago, a pesar de salir en la lista de los “1001 libros que hay que leer antes de morir”, me ha dado más de un dolor de cabeza. La premisa es genial, un corrector literario decide poner un “no” donde debía ir un “sí”, y este simple hecho es del que se sirve el autor para construir la ficción alrededor de este corrector protagonista y para narrar lo que fue el cerco de Lisboa. Si la prosa de Saramago es compleja de por sí, leerla mientras se explaya en conceptos y personajes históricos y diatribas filosóficas puede ser más que complicado; reconozco que he encontrado en estas páginas párrafos con reflexiones que probablemente sean de lo mejor que he leído jamás, pero las peroratas histórico-filosóficas hacen deslucir las partes buenas. En cuanto a lo que es la pura ficción, me ha parecido que la trama es original y diferente, que se pueden sacar grandes reflexiones de ella, pero debo reconocer que ni he empatizado con los personajes, ni me ha enganchado la historia, ni he sido capaz de disfrutar de ella como quizá merece una obra de este calibre. Estoy segura de que, sin duda, no ha sido la mejor obra para empezar a leer a Saramago, pero me quedo con la satisfacción de haber sido capaz de hacerme con su prosa, de haber disfrutado, como digo, de esos párrafos tan bellos y brillantes y, sobre todo, de los buenos ratos que he pasado con los vecinos leyéndolo |
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