Siempre me ha sorprendido la historia de Caín y Abel. Siempre me pareció que la ofrenda de frutas era más agradable que el cordero asesinado que Abel le ofreció a Dios. Sin embargo, éste fue aceptado y Caín fue rechazado. En este libro, hay una apasionante versión de lo que sucedió después de Caín. También hay una conexión interesante entre los personajes y, como siempre, algunos pasajes divertidos.
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