Todo el bien y todo el mal

Como muy bien indica en las páginas finales, Todo el bien y todo el mal es la primera parte de una bilogía, cuya continuación es Seguiré tus pasos, que ya estaba camino de las librerías (de hecho en mi casa está) cuando llegó el estado de alerta, el confinamiento y todo quedó en suspenso. Como Reina en ese aeropuerto, esperando a que pase la tormenta y poder reunirse de nuevo con su familia.
Quiero dejaros muy claro una vez leído el libro, que la historia queda cerrada, que no es necesaria una segunda parte para que quede clara esta novela. En realidad la segunda nos remontará a hechos del pasado que hacen relación a la vida del padre de Reina.

Reina tiene un marido, un ex marido, un hijo, un trabajo por el que le pagan mucho y con el que disfruta. Pero ha estado a punto de perderlo todo. Desde que nacen, ya sabemos que llegará un día en que querrán irse. Pero hay marchas para las que no estamos preparados y eso duele de un modo atroz.

Desde que leí Media vida, me quedé impresionado por la capacidad que tiene Care Santos por dibujar unos personajes complejos. Sin duda ese triángulo que forma con su marido y su ex marido lo es. Porque en ningún momento hay buenos y malos. Los tres tienen su lado oscuro, comenzando por la propia Reina, muy fuerte y sensata para algunas cosas, muy insensata y dominada por sus pasiones para otras.
Todo el bien y todo el mal es precisamente eso, un análisis de todo el bien y el mal que podemos llevar dentro de cada uno de nosotros. Que prevalezca uno u otro será lo que marque nuestro camino en la vida.
También es una buena disección de las complejas relaciones familiares que hay hoy en día: ¿qué es la paternidad? ¿Qué es la maternidad? ¿Qué papel juegan los hijos en nuestras vidas?
Pero sobre todo es una reflexión sobre aquello que tenemos, qué es lo que nos importa y hacia dónde queremos ir?

He disfrutado mucho esta novela.
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