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Una isla incomunicada por una tormenta, la aparición de una misteriosa caja y una continua sensación de angustia son los tres elementos principales de esta historia. Reconozco que iba con pies de plomo porque es muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados el autor, pero se respira ese toque 𝒎𝒊𝒌𝒆𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐 en cada página, sobre todo en lo que respecta a la ambientación. Mikel consigue generar una sensación de angustia tan intensa con tan solo un puñado de pescadores y una caja, que todavía no he podido quitarme de encima ese pequeño desasosiego que me dejó leer algunos capítulos. Y que un libro consiga angustiarte hasta el punto de tener que parar de leer, dice mucho de la intensidad y el alcance de la pluma de quien escribe. Los personajes, como todos los que crea Mikel, son especiales y en esta ocasión lo he pasado realmente mal por algunos, porque si de normal el autor los mete en situaciones complicadas, en este libro decir “complicado” es quedarse corto. ⚠️Todas las valoraciones vertidas en este espacio son personales. Cada lector es un mundo con gustos propios, y se agradece respeto y tolerancia por las opiniones diferentes. Gracias. |
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