Una hoja, 178 palabras (sí,las he contado) es lo que ha necesitado Mikel para mantenerme enganchada hasta el final. Es una novela ágil, dividida en capítulos cortos que incitan a seguir con la lectura. Utiliza un lenguaje sencillo y bastante diálogo. A lo que hay que añadir esa cercanía que transmite el que esté narrado en primera persona. En cada capítulo encuentras pequeñas pistas/cebos que te hacen acompañar al protagonista en su camino de búsqueda de la verdad. Ambientada en ese entorno maravilloso que es Urdaibai, con sus sirimiris, lluvias y tormentas, logra crear un ambiente perfecto para la historia. Es un claro ejemplo de ese libro del que quieres conocer el final, pero no quieres que se termine. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |