La vida triangular: última parte del éxito Mi Doble Vida

Ojalá fuese un proceso tranquilo de volver a la vida, renacer de las cenizas de uno mismo y echar nuevamente a volar. Ojalá y poder desprenderse de las cargas corporales y recuperar el color rosado habitual de las mejillas. Ojalá y al menos volver a ser quién eras.

¿Hay una cura para la culpabilidad? No lo creo.

Fuimos bailarinas en caminos minados de cactus afilados y de trampas para osos, con los pies magullados y la sangre saliendo a chorro.

La esperanza es inalcanzable así como una partícula de luz, así como un crepúsculo nublado de invierno.

Menuda pantomima la de fingir intentar estar bien y la de intentar fingir estar bien, si al final no sirve para absolutamente nada.

ojalá yo hubiera tenido esos cuarenta y cuatro minutos extra para intentar arreglar alguno de mis errores.

—Antes que entre tú y yo haya un muro, prefiero que haya drogas —me contestó. Me pareció muy romántico. Años después descubrí el egoísmo de aquella frase.

Poner muros ante sentimientos o estados de ánimo que nos hacen débiles es tan humano como llorar ¿quién no lo ha hecho? ¿quién no ha delimitado su campo de acción?

Te amo por quién eres y por quién soy cuando estamos juntos. Te amo tanto que hasta preferiría compartirte antes que perderte.

Me encariñaba de quien demostraba que le importaba, yo era capaz de amar por encima de lo bueno y lo malo,