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La segunda parte de la saga de "Nacidos de la bruma" me ha costado más que la primera ya que, siguiendo la sucesión lógica de hechos, ésta se centra en temas políticos y de cómo mantener la nueva situación sobrevenida tras lo sucedido en el final de la primera parte. La historia sigue siendo protagonizada principalmente por Vin, que en ocasiones me ha sacado de quicio, pero no debemos olvidar que es una adolescente. La acompaña Elend, que ha sido nombrado rey y tiene demasiado buen corazón para la política; Sazed, que sigue en busca de conocimiento e intentando transmitir las religiones que antaño estaban prohibidas; y los miembros de la banda, cada uno con su peculiar carácter. Como he indicado antes, se centra mucho en política y tiene un ritmo lento. Además, cada vez que parece que va a pasar algo interesante, luego no ocurre o se queda a medias. También tienes una sensación de impotencia en gran parte del libro, cosa que tampoco es agradable. Entiendo que es parte fundamental de la historia, pero eso no quita que me haya costado varios intentos para terminarlo. Pero de la mitad al final de la historia, va cambiando el ritmo, empiezan a suceder cositas y el final te deja con la boca abierta y con ganas de leer el tercero y esperando que te resuelvan todas las preguntas que te han surgido en las últimas páginas. Creo que es el peor de la trilogía original pero es necesario lo que ocurre en él para la historia y el desarrollo de los personajes. Y sí, con muchas ganas del tercero. |
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