Estuve a punto de dejarlo al poco de comenzar a leerlo, no me convencía y el protagonista tenía unas actitudes y pensamientos que no me gustaban nada, pero que bien que seguí. Poco a poco fui conociendo a Bruno, un tosco y bruto anciano de los campos de Italia que se ve obligado a irse a la ciudad a vivir con su hijo, su nuera y su nieto recién nacido, y fui entendiéndole. Una novela que transmite ternura por los cuatro costados y que nos hace ver como son a veces de extrañas y sorprendentes las relaciones familiares, y como un niño pequeño puede cambiar totalmente la forma de ser y de pensar de su abuelo. Una historia de lucha, de esperanza, de humor, y de aprovechar hasta el fondo las últimas oportunidades que se nos presentan. Os la recomiendo mucho, no os dejéis llevar por la primera impresión, llegad hasta el final, porque es uno de los finales más bonitos que he leído. |