La malnacida

“La llamaban la Malnacida y no le gustaba a nadie. Pronunciar su nombre traía mala suerte. Era una bruja, de esas que le pegaban a una el aliento de la muerte. Tenía el demonio dentro y yo no debía hablar con ella” ~ La malnacida de Beatrice Salvioni.

Una historia de amistad y de despertar en la adolescencia de la mano de dos chicas: Maddalena, conocida como La Malnacida, y Francesca, hija de una buena familia del pueblo. Narrada desde el punto de vista de Francesca, conocemos cómo se hizo amiga de Maddalena, una niña de la que huye todo el pueblo, por rebelde, a la que consideran bruja y que es portadora de mala suerte para quien se relaciona con ella.

Ambientada en Italia en 1936, el libro documenta también los horrores de la guerra y los perjuicios del fascismo. “Somos nosotros quienes pretendemos meter las narices en casa ajena, porque eso hacen los fascistas: coger las cosas de los demás y repartírselas con sus amigos”. Pero también aborda la importancia de la familia, de la comunicación entre sus miembros y de la esclavitud que representan las “etiquetas”, esas que ponemos y que nos ponen y que marcan nuestras acciones, aunque sea para cumplir con ellas. “La verdad que quieren creer es la única que les vale. Ya lo han decidido, ¿es que no lo entiendes?”.

No puedo profundizar mucho más en el argumento de esta historia pero os animo a conocer a estos personajes tan peculiares, seguro que en más de una ocasión os identificareis con las dos: a veces con la Malnacida, su atrevimiento, sus miedos, su manera de ponerse la coraza para sobrevivir; y a veces con Francesca, sus modales forzados, sus ganas de vivir más allá de los muros impuestos por la sociedad, su sentido de la justicia cuando ve las dos caras de la moneda.

La historia se lee en dos momentos y te deja con ganas de más, de saber qué le pasa a estas dos muchachas, cómo sigue su relación y sus reivindicaciones. Porque sí, en este libro también hay reivindicaciones y muy necesarias. El alegato final de la historia es una maravilla.