Solo vive quien muere

Solo vive quien muere es la continuación de Los amantes anónimos y El lenguaje de las mareas, aunque diría que se puede leer independientemente, aunque en este caso y a modo personal yo recomiendo hacerlo después de los dos primeros.

Una vez más nos encontramos con el mismo trío protagonista, con Carmen Puerto a la cabeza. Un nuevo caso que los llevará hasta el límite más que nunca. Ha sido un placer reencontrarme con los personajes: Carmen Puerto sigue siendo uno de los mejores personajes que he leído en cuanto a thriller/novela negra se refiere. No voy a hablar en exceso de esto porque siendo una tercera parte caería en spoilers pero tengo que decir que aquí conoceremos mucho más a ese personaje tan misterioso, y la veremos envuelta en más problemas que nunca.

Cumple también en cuanto a capítulos cortos y agilidad que se le presupone a una novela como esta; sin embargo, y siempre desde mi punto de vista, es en la trama en la que flojea en este caso: concretamente en una parte de las tramas, la que nos lleva (como pasó en Los amantes anónimos) a su parte más "novelesca", con enredos de todo tipo, que a mí no me terminan de convencer, pero que obviamente son necesarios para entender por dónde va la trama.

Tampoco me ha terminado de convencer su resolución, quizás porque tampoco me tenía lo suficientemente enganchado, pero me he quedado un poco frío con ella.

Me quedo con ese trío protagonista, ya que su trama y cuando están ellos en escena sí que he disfrutado mucho y me animo a, si tenéis curiosidad, recomendaros que leáis El lenguaje de las mareas. Yo es el primero que leí y quedé encantado. Este no está mal pero a mí me ha faltado algo.