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En estos días en que se está hablando (y mintiendo) sobre Brasil, por casualidad he leído y creo que es la primera vez, una novela de una autora brasileña. No la conocía, pero desde un expositor de la biblioteca me hizo ojitos y me tuve que llevar este asteroide para casa. Vista Chinesa es un precioso mirador situado en el Bosque de la Tijuca, en Río de Janeiro. Nos situamos en 2014, con Brasil en el centro de todas las miradas por el mundial de fútbol y los juegos olímpicos. El lugar es absolutamente singular pues muchas ciudades en el mundo tienen bellas playas, pero ninguna combina de esa manera tan espectacular la urbe con la arena, el agua turquesa y el bosque tropical, tan auténtico, un Parque Nacional de 3000 hectáreas, con sus monos, tucanes y otros pájaros. Una auténtica selva urbana. Y peligrosa. No desvelo nada de la trama, pues el libro arranca abruptamente, si digo que se trata de la carta que una mujer escribe a sus hijos para explicarles cómo una tarde fue salvajemente violada y todo el proceso policial, físico y psicológico que ello conllevó, varios años después. Cómo hubo personas que la sostuvieron y un sistema que no lo puso fácil. Todo ello basado en un hecho real protagonizado por una amiga de la escritora. Es brutal, a ratos desagradable, escrito magistralmente desde las entrañas de una mujer que necesita recuperarse y volver a vivir, siendo consciente de que no hay vuelta atrás, de que su cuerpo siempre la hará sentir vergüenza, que no es fácil hablar de las cosas de las que no se habla. Por eso hay que escribirlas. Os lo recomiendo si sois capaces de soportar la angustia. |
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