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En este pequeño libro autobiográfico de apenas 200 páginas, el autor de "El principito" relata su experiencia como piloto durante la Segunda Guerra Mundial. Son los primeros años de la contienda, y Francia va perdiendo territorio por el avance de las tropas alemanas. Antoine y sus compañeros son enviados a operaciones suicidas de rastreo donde el porcentaje de muertes resulta elevadísimo. Mientras, la población francesasa es evacuada. Las casas se quedan vacias, los pueblos mueren y los caminos se llenan de gente sin destino definido y con muy pocas probabilidades de supervivencia. El autor recapacita sobre la utilidad de sus acciones, y sobre si la información que consiguen en ellas justifica el riesgo que asumen y la muerte de sus compañeros. Sobre si todo ello será sopesado por su superiores y tendrá algún valor para conseguir dar un vuelco a la guerra. Hace un repaso de las costumbres y todo aquello que les define como pueblo. Hace hincapié en el valor de la gente y en el poder de la unión frente a la barbarie. Si que es cierto que a veces el relato es algo confuso, y te cuesta centrarte, ya que salta del momento presente a situaciones pasadas sin mucho orden. Pero me ha parecido muy interesante porque nos situa en un momento de la guerra en el que todo se daba por perdido ante el avance alemán, la gente no sabía que iba a ocurrir con sus vidas y con su pais, y para nada se vislumbraba el triunfo de los aliados frente al nazismo. |
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