Este elegante y pequeño monstruo llamado Françoise Sagan escribe Les merveilleux nuages en 1961. Si algo caracteriza a esta mujer son los personajes desencantados, pero en este caso no sólo vemos el desencanto; vemos un matrimonio roto, sin sentido, tóxico, en el que un sádico y una aspirante a salvadora se dedican a lastimarse sin descanso. Quizá, tú que no lees finales, empieces la historia creyendo que va de una mujer que acaba salvándose. Pobre pajarito tú. Aquí no hay salvación ni redención posible. Ninguno se atreve a buscarla, incluso cuando creen que sí, incluso cuando nos lo hacen creer a nosotros. No es que la historia sea mala, no. Es que ellos son tan tóxicos que no los soporto 😅. |