Para mi leer a Carlos es música, encuentro una melodía en su prosa que no encuentro en ninguna otra parte, me llama la atención que al inicio del libro menciona algo sobre la musicalidad de los libros y es así como yo leyo, descubriendo una composición de suave melodía palabra a palabra. Un gran historia y un final merecido para personajes tan entrañables como Julian, el clan Sempere y Fermín. Jamás he podido dosificar a mis favoritos, luego sufro por no haberlo hecho; aunque siempre puedo volver a leerlo. |