Lucificción: 15

Demasiado todo, demasiado mucho.
Hasta la página 60, aproximadamente, por un momento me parecía que estaba ante una de las mejores obras de las que había leído en los últimos tiempos. A pesar de la gran cantidad de datos "enciclopédicos" (rozando la pedantería), la escritura rebosante de imaginación y la calidad de la misma me hizo retrotraerme a Borges o Calvino. Pero a partir de ahí todo cambia. Cuando la protagonista, Muriel Trencadissa, abandona la Barcelona real y entra en el Inframundo, la acción se desata, y eso, en este caso, no es bueno.
Continúa el uso indiscriminado de la información, ahora tan comprimida, que acabó por atragantárseme.
Es apabullante. Páginas y páginas pobladas por multitud de datos y personajes combinadas con una acción desmesurada terminaron por atragantárseme. Lo mismo con el estilo; no sé si es buscado, pero hay un exceso de pleonasmos y repeticiones de palabras (mesmerizar y derivados aparecen con mucha frecuencia), aparte de algunos catalanismos evidentes ("i" en lugar de "y") que entorpecen la lectura. Da la sensación de que esta segunda parte se escribió con premura, y es una verdadera pena. porque si hubiera seguido la senda trazada en el inicio, sin duda habría sido una obra excelente.