Luego, un día, empecé a pensar en los viejos libros, y hasta en el lienzo pintado por un amigo del abuelo, que durante tantos años adornara su sala-biblioteca. (cap. XXVII)
|
Luego, un día, empecé a pensar en los viejos libros, y hasta en el lienzo pintado por un amigo del abuelo, que durante tantos años adornara su sala-biblioteca. (cap. XXVII)
|
Pero ya no puedo llevarte vivo. Te llevaré muerto. (cap. V)
|
No sé por qué he tomado de nuevo este montón de papeles. A ver hijo, para que le doy vueltas a este montón de palabras que me hacen tanto daño... (cap. I)
|
Gregorio Samsa es un ...