El dios de las pequeñas cosas

En el mes de noviembre los vecinos del #vecindarioliterario hemos viajado a la India de la mano de Arundhati Roy y “El dios de las pequeñas cosas”, una historia de una gran trascendencia, pasional, imaginativa y bastante dura.

Si bien es cierto que me costó conectar con la historia y sus personajes, que hubo partes en las que me encontré bastante perdida por los saltos en el tiempo y la mezcla de situaciones que van teniendo lugar, lo cierto es que, aunque no he acabado fascinado con la historia, sí que reconozco todo lo bueno que tiene y, sobre todo, la intención de la autora y el mensaje de fondo que ha querido transmitir a través de esta saga familiar centrada en la historia de dos gemelos, Estha y Rahel.

Un relato centrado sobre todo en las desigualdades, la injusticia, las pasiones y los deseos, y la dificultad de sentir y ser libre en una sociedad en la que la diferencia social marca la norma. Una historia contada de una forma sencilla pero con un estilo a la vez muy peculiar. Un retrato de la sociedad y la cultura indias y una crítica mordaz a las diferencias de clase, al estatus, a la crueldad que se excusa en estas discrepancias y a lo injusto que resulta medir a las personas por lo que tienen o por el lugar o las condiciones en las que han nacido y no por lo que realmente son.

Una historia con la que no he conectado del todo pero a la que le concedo cierta belleza, sobre todo en su capítulo final, y cierto virtuosismo a la hora de transmitir ideas y sensaciones, pero que en mi caso llegaron solamente como descargas puntuales y no como un todo a lo largo de la trama.

Un libro que, considero, hay que leer con calma para captar todo lo que supone y todo lo que abarca, pues precisamente por este estilo tan peculiar que comento es fácil perderse algunos detalles, incluso desconectar.

En este caso debo reconocer que es una historia que no ha cumplido con mis expectativas, pero estoy convencida de que ha sido por mi estado anímico o mi apetencia lectora del momento y no por la calidad o el valor de la obra.