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Con este sexto libro me pasa algo similar que con el segundo, como ya comenté en su reseña: Es un libro del que tiendo a olvidar lo bueno que es y lo bien hilvanado que está todo en él, que creo que queda opacado por los tres anteriores, que como ya he dicho una y mil veces, para mí son los mejores de toda la serie de Harry Potter. En cada relectura siempre termina por sorprenderme lo mucho que terminó disfrutando de él y lo mucho que me engancha. No obstante no puedo negar que mis favoritos son los cuatro anteriores, y que dentro de mis preferencias personales este libro ocupa el quinto puesto del total de los que componen esta saga. Pero eso no significa que sea un mal libro ni mucho menos, de hecho le reconozco ciertas virtudes en comparación con la “Orden del Fénix”. al ser un libro más corto todo es mucho más dinámico y ágil de leer, las cosas pasan en más rápido y se hace más ameno de leer en comparación con los momentos que lograban que decayera un poco el interés que encontrabas ocasionalmente en el quinto libro. En esto creo que tiene mucho que ver el hecho de que ya todos en el mundo mágico ya saben y han asumido el retorno de Voldemort, la sensación de miedo y peligro ha terminado por volverse parte de la vida cotidiana de los magos y brujas, y eso se nota en pequeños detalles y en cómo Harry ya no tiene que estar a la gresca cada dos por tres porque nadie puede llamarle loco, ahora todos saben que decía la verdad. A toda esta sensación de ligereza ayuda mucho las escenas que ilustran que nuestro trío protagonista sigue totalmente inmerso en la adolescencia. Las relaciones personales entre ellos y sus compañeros y las hormonas revolucionadas son una parte muy importante de la trama, incluso más que en el libro anterior. de hecho ha habido momentos en que muchas de esas escenas me sobraban, porque sí, son muy interesantes para ver cómo van evolucionando como personajes y como amigos (ejem, ejem), pero había otras tramas que me interesan más que ver constantemente a Ro-Ro morrearse con Lavender Brown , por ejemplo. No obstante, tengo que reconocer que una de las cosas que más me gusta de este libro es ver cómo va evolucionando y afianzándose la relación entre Ron y Hermione (y no niego, desde aquí, que son mi pareja favorita de toda la saga). Harry en este libro se vuelve más tolerable, ya parece que se ha relajado y que no está cabreado constantemente con el mundo, pero sigue sin ser un personaje que me diga mucho. Su enamoramiento por Ginny quizás me parece un poco precipitado y cogido por los pelos, pero tampoco es un giro que me desagrade, Ginny, sin ser uno de mis personajes preferidos, me gusta bastante, sobre todo por cómo ha ido mejorando libro a libro. No obstante hay personajes que echo de menos que tengan más peso en la trama como Neville, Luna (todas las escenas en las que sale ella son luz y amor, así de claro), o los miembros de la Orden del Fénix, de la que echo mucho de menos saber más sobre sus misiones. Aunque tampoco voy a negar que no me hubiera importado que se hubiera ahondado más en la relación entre Lupin y Tonks, que reconozco que son mi segunda historia de amor favorita... No obstante, como he señalado, hay otras cuestiones que me interesan más, y que son las que siempre me han hecho disfrutar como una loca de este volumen. En él se hacen muchas revelaciones esenciales para el siguiente libro y el final de la historia, revelaciones que son un giro que marca un fuerte cambio de tónica argumental, como vamos a ver también en el séptimo libro. He disfrutado mucho de los flashback sobre la historia de Voldemort, viendo como se iba forjando ese tirano. Reconozco que en todos los libros siempre he disfrutado las conversaciones que han tenido Dumbledore y Harry, que tanta información han aportado al lector siempre. Por eso para mí uno de los puntos fuertes de la novela son todas esas conversaciones que tienen entre ellos, la forma en que su relación se vuelve más cómplice y especial, en que da un paso al frente muy significativo y que por el que siento debilidad, en especial después del alejamiento que sufrió en la novela anterior. También me gusta en el sentido de que percibimos más matices en la persona de Dumbledore, algo que nos prepara para los descubrimientos sobre el que vamos a hacer en “Las Reliquias de la Muerte”. Pero sin duda alguna, para mi este es el libro de Draco Malfoy y Snape, en muchos casos creo que eclipsan hasta al trio protagonista, solo Dumbledore está a la altura de todo lo que aportan estos dos. A ver, lo de Malfoy no resulta un giro sorprendente para nada, porque Harry llevaba todo el santo libro obsesionado con avisar a los demás, si bien nadie le hacía caso, cosa que nunca me ha quedado clara como pasan tanto de él si se veía desde lejos que tenia razón. Lo que me encanta de Draco, y creo que en este libro es su grandeza, es el cambio de 180º grados con el que Rowling le da un aire nuevo y totalmente necesario, que permite crear un personaje con más matices y profundidad, enfrentado a un auténtico y desgarrador conflicto que nos demuestra que no están malo como parecía anteriormente. El personaje evoluciona y se vuelve más gris, deja atrás al malote presuntuoso y niñato de entregas anteriores, que parecía que solo existía para fastidiar y complicar la vida a Harry y sus amigos, sin aportar nada más a la historia. Por su parte, no creo que pueda aportar nada de Snape que se haya dicho o escrito ya. Solo que es genial lo que Rowling hace con el, como su actuación deja al lector impactado y convencido de que es lo peor del universo. Snape es un personaje en el que se ahonda mucho en este libro, tanto en su compleja personalidad, como en su pasado, y su papel como espía. Lo cierto es que creo que al misterio entorno a quien es el Principe Mestizo no se le da el empaque que merece frente a otras tramas del libro, hay veces que queda en segundo plano, lo que me escama un poco cuando es quien da nombre a este tomo (curiosidad random que no interesa a nadie: nunca pienso en este libro como “El Misterio del Principe”, lo hago por la traducción directa que tiene su título original al español “El Principe Mestizo”, que siempre me ha gustado mil veces más) El final de este libro es, sin duda alguna, uno de los más emotivos de todos los que nos ha dado Harry Potter, y que deja al lector con un nudo de emoción y tristeza increíble. Especialmente por todas las implicaciones que conlleva de cara al siguiente libro y al futuro de Harry, Ron y Hermione. Es un punto final redondo para una novela que, como sus hermanas mayores, tiene momentos de todo tipo y engancha de principio a fin, especialmente, para mí, desde su segundo capítulo, donde empiezas a intuir que la escritora va a llevarte, una vez más, por caminos insospechados y llenos de curvas. Después de muchas relecturas, aun sigue sorprendiéndome como Rowling hilvana todo, y más cuando te percatas de la conexión entre este libro y “La Cámara de los Secretos” por medio de pequeños detalles que parecían intrascendentes en ese libro. |
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