Harry Potter y el misterio del príncipe

Cuando Dumbledore recoge a Harry en Privet Drive para que pase el resto del verano en La Madriguera, no se imagina que un misterioso libro de pociones, sus sospechas sobre Malfoy siendo un mortífago y una misión secreta que le acerque a su enemigo marcarán su sexto año en Hogwarts.

Ya he mencionado en varias reseñas de la saga que, a partir del tercero, se va volviendo cada vez más turbia, y este libro no es la excepción. La trama está rodeada de misterio, eventos sobre la vida de Voldemort, tensión... Pero no me ha gustado sólo por eso, sino porque mezcla esa parte más oscura de la trama con el punto vital en el que se encuentran los protagonistas: amoríos, hormonas, exámenes, preguntas sobre el futuro laboral, etc. Son básicamente hormonas con patas intentando enfrentarse al mago más oscuro de todos los tiempos.

Lo que más me ha gustado ha sido conocer los inicios de Voldemort, desde la historia de sus padres a la actualidad. Hay multitud de detalles que se explican en este libro, y no sólo sobre el villano, sino también sobre los mortífagos y la profecía.

Tengo que decir que, de tanto releer los libros y ver las películas, he llegado un punto en el que ha perdido la gracia, y sólo quería terminar el libro porque ya sabía lo que iba a pasar.

Al igual que la trama, el estilo se va volviendo más y más turbio; se nota que es más denso que en los primeros libros.

Los personajes han estado fenomenal. Como digo, no son más que adolescentes, con sus idas y venidas, que tienen que enfrentarse a Voldemort.
Me ha gustado el rollo que se trae Harry con sus amigos, la obsesión casi enfermiza del primero con atrapar a Malfoy y el escepticismo de los otros al respecto, la relación entre Ron y Hermione, etc.

Aunque con el tiempo y las relecturas la saga haya perdido parte de su gracia, lo he disfrutado igualmente y es uno de mis libros favoritos de la saga.
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