El camino de las luciérnagas

La historia comienza con un olor a inocencia, ingenuidad e adolescencia que se ve sumado con un punto cómico al introducir la temática de los nombres y apellidos y su influencia en el desarrollo de las personas.

La llegada de Anselmo supone un cambio en la trama, en su desarrollo, en el personaje e incluso en la escritura de la autora que pierde gran parte del tinte naif para resultar interesante y provocativa como el propio personaje requiere.

Me encanta cómo está escrito el libro. Además, los dos contextos temporales son muy sencillos de situar y, por tanto, de seguir y leer, solo son dos años distintos, narrados por la misma voz y que cuenta en primera persona una historia a dos tiempos. Adolescencia y vigencia.

El libro tiene muchos elementos interesantes drama, comedia, tragedia, romance, es decir, de todo un poco, lo cual enrevesa la historia pero siempre aportando algo. No sobra ningún elemento.

No puedo olvidar mencionar como introduce numerosos temas que incitar a pensar y reflexionar como la importancia de la socialización en la época adolescente, los contextos religiosos, la imagen proyectada, el daño por omisión, el silencio cobarde, la presión social, la autodeterminación, la manipulación... Es una obra con bastante profundidad y crítica social.

Por realizar alguna crítica, me hubiera gustado que el final hubiera sido un poquito más apoteósico, quizás que la conversación final entre Atanasio y Anselmo hubiera sido más dramática, más bruta y más sincera. Aún así, creo que es un libro fabuloso.

Estoy deseando comentar esta novela con otros lectores y recomendarla en mi círculo.