Pablo Hernando famoso arquitecto, ganador de innumerables premios internacionales, decide desaparecer y se esconde en Pozonegro, un pueblo deprimido que ha visto tiempos mejores. Montero nos mantiene en vilo durante gran parte de la novela, hasta que nos cuenta los motivos por los que el protagonista decide enterrarse en vida, en semejante lugar, y mientras nos presenta unos personajes fantásticos. Personajes de carne y hueso, imperfectos, con sus defectos y sus virtudes. A través de ellos podemos apreciar la bondad, la amistad y también, como no, la maldad y la ruindad del ser humano. Me llama la atención lo bien que Montero, a través de Raluca (nuestra protagonista femenina) nos hace reflexionar sobre las maneras de afrontar la vida en situaciones difíciles. Las actitudes de Pablo y Raluca son completamente distintas (ambas muy respetables). En esta vida podemos esconder la cabeza como el avestruz o podemos decir "valor y al toro", por eso creo que nunca debemos juzgar las decisiones de nadie, cada uno actúa según considera y todas y cada una de las decisiones que tomemos son válidas y debemos respetarlas. Me encanta la expresión "a quién juzgue mi camino, le presto mis zapatos". |