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Me acerqué a esta lectura por el título, realmente no tenía mucha idea de qué me iba a encontrar, había dejado a medias algún libro de la autora, aunque me gustaba su forma de escribir. Y la verdad es que me ha sorprendido, el libro habla principalmente de salud mental y de la creatividad de los escritores, con numerosísimas citas y referencias a sus vidas y sus textos. Es por tanto, no ficción, y tiene mucho de la personalidad y vivencias de la propia autora. Lleno de reflexiones sobre la vida y la muerte, es un inteligente y rico viaje de la mano de grandes y torturadas personalidades de las letras (se nota una gran labor de documentación), muchas de ellas con problemas mentales más o menos graves, que les llevaron, en algunos casos, al suicidio. Me he sentido identificada en algunos puntos, dándome cuenta de que somos muchos los no tan cuerdos, y he podido apreciar mi propia vida, viendo lo que sufrieron estas personas. No recuerdo la cita exacta, pero me quedo con ese momento en que Rosa nos recomienda que, antes de tomar una decisión drástica sobre nuestra vida, esperar al menos un día más, a que pase lo peor de la tormenta y tomemos un poco de distancia. La mente a veces se nubla demasiado y con un nuevo amanecer pueden llegar otras sensaciones, perspectivas o incluso soluciones. Aguanta y espera. Es una lectura muy curiosa, que da ganas de seguir indagando, pero reconozco que en algún momento se me ha hecho monótona. Aparte, comentar que lo he oído en formato audiolibro, y sin tener una mala narradora (ella misma), me ha chirriado mucho la entonación y la manera de narrar las frecuentes citas. |
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