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Noah es una joven de 17 a quien la vida le cambia radicalmente cuando Rafaella, su madre, se casa con William Leister. Él es un multimillonario a quien conoció en unas vacaciones. Tras el enlace debe dejar atrás su casa, sus amigos, a su pareja... y mudarse a Los Ángeles para vivir en la casa de su nuevo y rico padrastro y Nicholas, su hijo. Ella es una chica sencilla a la que no le gustan los lujos y no está de acuerdo con el matrimonio ni con tener que mudarse. La situación se complica cuando conoce a Nick. El primer encuentro entre ellos es un desastre, ya que desde el primer momento le deja claro que ella y su madre no son bienvenidas en su casa. Ella no se achanta y le planta cara haciéndole saber que no está ahí por deseo propio y que no permitirá que él le amilane. Para Nick, que tiene 21 años, ella es una niñata insoportable y para ella él es un engreído, conflictivo y mujeriego, que vive en un entorno que detesta: peleas, fiestas y carreras de coches ilegales. A pesar de no soportarse, entre ellos surge una gran atracción sexual y determinados acontecimientos propician un acercamiento entre ambos. Hay tiras y aflojas y peleas constantes, pero cada vez les cuesta más mantenerse alejados, sobre todo cuando la vida de Noah empieza a correr peligro y Nicholas no puede evitar querer protegerla a toda costa. Así, Noah debe acostumbrarse a una nueva ciudad, una nueva familia y encontrar su sitio en un instituto. Por suerte conoce a Jenna, la novia del mejor amigo de Nick, quien se convierte en su gran apoyo y confidente. al mismo tiempo debe lidiar con su oscuro pasado y enfrentarse a sus miedos. El pasado también persigue a Nicholas y le sigue atormentado, hecho que influye en su carácter conflictivo ¿Superarán ambos su pasado y conseguirán estar juntos o supondrán un obstáculo en su relación? Más allá de que sea el libro con una relación tóxica que no quisiera vivir, el libro me ha gustado más de lo que pensaba. Es adictivo, fácil de leer y el ritmo es rápido gracias a constantes giros de trama. No obstante, a ratos se hacía pesado y repetitivo debido a las constantes peleas entre ellos. Está escrito en primera persona y cada capítulo lo narra de forma alterna uno de los dos protagonistas. En cuanto a los personajes, me ha resultado difícil empatizar con ellos a causa de sus personalidades. Noah es una chica fuerte, pero muy obstinada, cabezota e infantil. Su actitud orgullosa le lleva a meterse en infinidad de problemas de los que no aprende y sigue tropezando con la misma piedra. Nick, por su parte, es un chico conflictivo, posesivo, celoso, a ratos muy engreído que tiene una mecha muy corta y al que no le vendría mal cultivar más la paciencia. Tiende a resolver todos sus problemas con violencia y su actitud es penosa durante gran parte de la historia. A pesar de esto, es el que más evoluciona a lo largo del libro y al final suaviza bastante su carácter. Es por esto por lo que me ha resultado más sencillo empatizar con él. En conclusión, es un libro entretenido, de lectura sencilla, que contiene amor, mucha pasión y un toque de misterio que hace difícil no devorarlo el mismo día. |
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