Ramona, adiós

Mundeta Jover, Mundeta Ventura y Mundeta Claret son tres mujeres de la misma familia; tres generaciones diferentes que comparten nombre pero también ciudad, Barcelona. A través de una compleja estructura fragmentada -a modo de entradas de un diario- y ligada por el hilo invisible de la experiencia femenina de la abuela, la madre y la hija, vemos como la vida de estas tres Mundetas -que viven en épocas tan intensas y distintas como las de la República, la Guerra Civil y el final del franquismo- está llena de paralelismos.

De las tres, Mundeta Jover es la que mejor representa los valores de la burguesía barcelonesa decimonónica y de principios de siglo. Es gracias a los fragmentos de su diario personal y esa escritura privada que conocemos a una mujer apasionada y lúcida que se hunde lentamente en una cotidianidad insoportable y cuyo matrimonio se ha convertido en prisión para ella. Así, Mundeta Ventura hereda de su madre el nombre y una larga sombra de pena que sólo el amor parece despertarla de su letargo. El desenlace de la Guerra Civil significará para ella lo que muchas mujeres de su generación: una sumisión, una vida entre las sombras dispersa y fragmentaria, como la misma narrativa que la describe y que su hija, Mundeta Claret nunca podrá entender. Ella es en el momento presente la primera universitaria de la familia y la esperanza de que un nuevo futuro es posible a pesar de las cadenas del machismo que aún la retienen.

Así, en esta primera novela de #MontserratRoig sensible, llena de detalles y sorprendentemente feminista para en el momento que se escribió -y ahora reeditada por @_consonni_-, la autora nos propone que escuchemos a esas esas voces femeninas ignoradas por la historia -nuestras abuelas, bisabuelas e incluso tatarabuelas- que buscan ser, querer y sentir con libertad.
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