Gregoire tiene 18 años y trabaja en la cocina de una residencia de ancianos donde vive el señor Picquier, un viejo librero que ha llenado su habitación con 3000 libros. Entre ellos rápidamente se establecerá una relación muy especial que hará que Gregoire se interese por la literatura. El argumento me atrajo desde el primer momento. Que la literatura uniera a dos personas tan distintas como los dos personajes principales era una premisa maravillosa. Sin embargo, el libro se queda muy corto, la manera en la que está narrada a mí personalmente no me ha gustado y el final a mí me ha dejado muy fría. Es una pena porque reunía todos los requisitos para que me encantara. |