La hoguera perpetua

De algún modo ya le estoy diciendo que el protagonista ha muerto, aunque todavía no le he dicho cómo y tampoco quién es el asesino. Al fin y al cabo ahí está la historia prometida. Creerla o no será cosa suya, pero es casi seguro que le resultará imposible aburrirse.

, las muchedumbres, hartas y embriagadas, gozan con la distracción de las tragedias distantes, con el dolor de otros, con una muerte que disfrutan porque les es ajena; l