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Con esta historia tengo sentimientos encontrados. Por una parte me gusta el atrevimiento del cambio en la vida cuando algo no funciona, ser firme en tus convicciones y no cambiarlas a no ser que el cambio sea positivo para uno mismo, ese cambio puede ser una mudanza, una norma auto impuesta, cualquiera me sirve si es para conseguir ser feliz. El problema viene cuando esos cambios no son realmente la solución a un problema, sino una huida de los mismos. Y es que a veces, la falta de madurez, hace que cometamos errores en nuestras decisiones, porque los problemas hay que solucionarlos desde la raíz, no quedándonos en la superficie. Y ese es el problema que tengo con estos personajes.Por un lado tenemos a Alma, que parece que con su decisión de mudarse acabará con sus problemas, pero se auto engaña porque ni siquiera esta limpiando la infección de su última relación y luego tenemos a Sebas, que para no volver a sufrir, se pone normas, cuando el problema es que realmente no ha zanjado definitivamente la relación que le marcó. Podrán encontrar juntos la felicidad? Lo mejor de esta historia, es que tiene segunda parte, y espero que en ella los personajes maduren y consigan lo que realmente desean, y por supuesto los personajes secundarios, de los que me he quedado con ganas de leer más.
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