Tiempo Prometido

Esta novela consta de 316 páginas dividida en prólogo, 52 capítulos y epílogo. Narrados en tercera persona.

En Dublín de 1985 Kean está en prisión por asesinato y aunque no pueden juzgarlo por ello, ya que sucedió cuando él era adolescente, el nuevo inspector que se está haciendo cargo del caso de los remendadores lo acusa a él de ser culpable.

Mientras tanto Flyn el verdadero culpable sigue suelto y tomándose la justicia por su mano, lo que tienen claro Kean, Shane y Aiden es que no actua solo y existe más de un asesino.

Por otro lado tenemos a Aiden el hermano de Kean que en el final del otro libro nos dejó más que sorprendidos al dejar entender que él está con los Remendadores, con capítulos del pasado iremos descubriendo lo que realmente pasó con Aiden y por que está "supuestamente" implicado.

"Congelando el tiempo" fue una lectura que me encantó ya que dio uns giros que me dejaron flipando y con un final de los de necesito la continuación ¡YA! pero tocaba esperar y por fin ya he podido saciar mis ganas de saber con este desenlace del "Tiempo prometido". Con una estructura muy similar a la novela anterior, iremos teniendo capítulos alternos de Kean en el presente, que ha entrado en prisión por el caso de los Remendadores más por matar cuando estuve en el orfanato a uno de los monjes que abusaban de ellos, y de Aiden en el pasado de como abandonó el orfanato, su regreso a Dublín donde en el anterior libro la autora nos dejó entrever que formaba parte de los Remendadores o que estaba involucrado de alguna forma. Aunque es verdad que he disfrutado de esta segunda parte me gustó mucho más la primera, ya que el ritmo de la misma era trepidante y toda esta trama de abusos de los menos en el orfanato me desgarró, con eso no quiero decir que esta segunda parte no esté a la altura, si no que es diferente, ya que en ella encontramos los motivos de todo lo que está sucediendo y esa venganza particular de los implicados. En resumen, una lectura fluida donde todo queda bien cerrado y me ha gustado ese final tan bien merecido.
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