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¡Atención! Esta reseña puede contener spoilers de la obra. Parece ser que soy una de las pocas personas que no conocía ni la trama ni el final de este libro, así que lo he podido leer por primera vez sin saber de antemano que iba a ocurrir. ¡Y vaya si me ha sorprendido el desenlace! La historia está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente. El protagonista, el abogado Utterson, está sumamente preocupado por su amigo el Dr. Jekyll, ya que este ha dejado su herencia a un tal Mr. Hyde que nadie conoce. Más pronto que tarde, Utterson se dará cuenta de la mala persona que es Mr. Hyde, e intentará averiguar las razones por las que el Dr. Jekyll parece estar protegiendo a tal siniestro individuo. Cabe destacar la ambientación tenebrosa y lúgubre que rodea al libro, así como la intriga que se siente en cada página. Esto le da un ligero toque de terror al relato. Podría decirse que es una novela detectivesca aunque sin detectives de verdad, ya que Utterson es solo un hombre corriente preocupado por la seguridad y bienestar de su amigo que irá descubriendo poco a poco la verdad. Es esta una lectura sencilla y corta, fácil de entender en todo momento. Nos presenta reflexiones profundas acerca de la lucha interna entre el bien y el mal que todos y cada uno de nosotros batimos en nuestra conciencia. La dualidad del hombre es el tema principal y es que, aunque no nos guste admitirlo, todos tenemos una parte angelical y llena de compasión, pero también otra terriblemente oscura y malvada. El libro nos plantea preguntas como ¿Qué haríamos si nos despojáramos de nuestra conciencia ética y no tuviéramos que responder ante la ley? ¿Qué pasaría si diéramos rienda suelta a nuestros deseos más oscuros sin tener que preocuparnos de sufrir las consecuencias? ¿Cuánta bondad y cuánta maldad se encuentra enterrada en cada persona? ¿Es cierto que en todo lo bueno siempre hay algo malo, y que en todo lo malo siempre hay algo bueno? Además de esta reflexión sobre el bien y el mal, “El misterioso caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” aborda también el tema de la ética científica. Es decir, ¿está justificado realizar experimentos científicos de dudosa ética moral para nuestro beneficio personal? ¿Hasta qué punto podemos avanzar en el campo científico sin perjudicar a los demás o, incluso, a nosotros mismos? El libro me ha enganchado desde el primer momento. He hecho mil teorías sobre lo que podría estar sucediendo, y para nada me esperaba que la historia al final tuviese un toque fantástico, se podría decir. Ósea, que estaba buscando una explicación racional para la historia pero por supuesto, no iba por buen camino, y es precisamente esto lo que más me ha gustado de la obra: que me haya conseguido engañarme completamente. |
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