Trilogía Almohade

Las batallas de Alarcos y en especial la de Navas de Tolosa, son, sin duda, fuente de inspiración de muchos novelistas históricos y, por tanto, las más socorridas de la Edad Media.

Sebastián Roa no es una excepción, pero la abismal diferencia que encuentro con respecto a otros autores es la enorme belleza con la que viste a todos los acontecimientos sobradamente conocidos.

Paradójicamente, Roa abre esta trilogía con un personaje y reino abandonados por la historia, que sin embargo, fueron claves en la invasión Almohade de una Hispania partida en mil pedazos:

Ibn Mardanís o el rey Lobo se erige como emir independiente de la gran taifa Xarq, con capital en Murcia y con ciudades como Valencia bajo su cobijo.
Este reino Andalusí se caracteriza por su relajada interpretación del islam, por la desbordante alegría de sus gentes y por un profundo amor hacia la belleza y la cultura.

Junto a él, aparece la figura femenina de Zobeyda, esclava favorita del rey y personaje muy criticado por cierto sector que hubiera preferido una heroína con otros argumentos que, difícilmente pudieron darse en esta época en, no olvidemos, una esclava sexual.

El aragonés lo único que hace es pintar una realidad escapando de modas, con una Zobeyda que, a pesar de su inteligencia, solo podrá alcanzar sus metas utilizando su belleza y sus artes amatorias.
Roa plasma la gran verdad de este mundo de hombres que gobiernan y donde la mujer es simplemente un juguete en sus banquetes y orgías.
No digo, que las nuevas heroínas estén mal sino que también es necesario representar lo que por desgracia ocurrió.
Es decir, la mujer que luchó por su identidad, independencia y libertad y venció fue, lamentablemente, la excepción.

La loba de Al- Ándalus es un libro cargado de poesía y nombres complejos que pueden ocasionar cierta incomodidad al lector. Sin embargo, por esa oposición al fanatismo islámico y por las descripciones de una Valencia, para mí, desconocida, se convierte en el favorito de la trilogía.

En El ejército de Dios, nos encontramos un panorama bien distinto.
Las tropas almohades han conquistado y sometido todas las distintas taifas andalusíes y prepara un gran ejército para derrotar a los reinos cristianos.

Estos, no solo se encuentran divididos sino que eternamente enfrentados, en especial la Castilla de Alfonso VIII y León del rey Fernando II.
Pese a los grandes esfuerzos de Alfonso por lograr la unión de los reinos, Navarra mirará para otro lado, León atacará a su vecino y la ayuda de Aragón será insuficiente.
Esta desunión llevará sin remedio al desastre de Alarcos donde finaliza la segunda entrega.

Para concluir, y como no podía ser de otra forma, Las cadenas del destino aborda el resurgir de un pueblo herido de muerte, que se repondrá como buenamente pueda y que irremediablemente se jugará su supervivencia en la batalla de Las Navas.
Cabe decir, que en este tercer volumen juega un papel importante un libro. El cantar de mio cid.

La trilogía es un compendio de cultura, intrigas, alianzas, deslealtad, batallas, sangre y muerte.
Con una prosa magistral, Sebastián Roa juega con los tiempos acelerando o refrenando la narración en función a la necesidad de la historia hasta desembocar en un frenético final que, en los tres libros, es la madre de todas las tormentas.

Plagado de seres reales y ficticios y de hechos contrastados e inventados, la comunión es, sin embargo perfecta.

Sin duda una obra magistral que ha de leerse en su orden natural aunque sean conclusivos y que respiren cierta independencia.

Por mucho que busques, no encontrarás ninguna obra que aborde mejor esta época convulsa.
La trilogía Almohade de Roa es una apuesta segura que te hará disfrutar con los mil matices que habitan en sus páginas.

Simplemente descomunal.