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El invencible verano de Liliana es un imprescindible. No sólo por bueno, sino por NECESARIO. “El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más crudo del invierno había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres.La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él. Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia.” Cristina tardó 29 años, tras el feminicidio de su hermana, en comenzar este libro. Ni siquiera existían las palabras que hoy existen para contarlo: Liliana en 1990 murió víctima de un “crimen pasional”, como si la muerte de Liliana fuera un acto de opereta. Lo más sorprendente de El invencible verano de Liliana ha sido ser consciente de que no había absolutamente nada en Liliana,su forma de vida, amigos, entorno, notas, diarios… que la hicieran diferente a mí en ese 1990 y los años previos; cuando coges el libro y aventuras en tu cabeza(llena de estereotipos) que este feminicidio tendría algo que ver con que fuera mexicana y viviera en el caótico y peligroso DF te equivocas, mucho. Sus amigos eran como los míos, sus testimonios y sus voces, su universidad, sus aspiraciones, sus notas en los márgenes de los cuadernos, su amor por el cine…Liliana se parecía a mí y a muchas de nosotras, estoy convencida. Y todas esas señales de peligro…en sus escritos, en sus charlas con amigos, en sus silencios, todo ese cerco que se cerraba hasta el final de Liliana no lo vio nadie. Hoy sabemos más, las señales están claras. Este libro debemos leerlo todas, madres e hijas…y ojalá lo leyeran TODOS. Una de las citas que leí acerca de la novela fue “Este libro puede salvar vidas.”. Lo suscribo con fervor. |
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