Ella es Nuria Pieldelobo, treintañera, soltera, feminista, prepotente... Él, Juan Martínez, cincuentón, padre de tres adolescentes, amante de su trabajo... Los dos, inspectores; juntos tratarán de resolver el caso de la desaparición de una modelo, quien a través de las redes sociales cuenta con pelos y señales su vida. Él piensa que existe un móvil religioso, ella en una red de prostitución de alto standing. Dos generaciones distintas, dos formas de investigar, educaciones antagónicas, ella domina las nuevas tecnologías, él es de la vieja escuela Un thriller oscuro, que saca a la luz escándalos religiosos, abusos de poder hacia menores, la peligrosidad de las RRSS, prostitución de lujo, el poder de la culpa, el perdón, la conciliación familiar, entre tantos otros Lo que más me ha gustado es la narracion a través de la voz del inspector Martínez con ironía y simpatía, llenando de un humor fresco cada diálogo y cada pensamiento en los que se pierde; natural y espontáneo sin caer en la payasada. le da a la historia esa luz en medio de tanta oscuridad. Un personaje con el que se conecta desde la primera página de esta historia que no decae en ningún momento, con una ambientación rica en descripciones y muy documentada en el tema arquitectónico y religioso en los que algunos puntos de vista pueden hacer cambiar la percepción de lo conocido |