Primera novela que leo del autor. Me ha gustado la voz narrativa, campechana, con buen humor pese a las circunstancias, emotiva en cierta parte, su costumbre de ponerle mote a todo el mundo y la inspectora Pieldelobo. Hasta ahí original, los personajes cobran vida propia, empatizas con ellos. La premisa es muy interesante, aunque los motivos están un poco trillados; sin embargo, la investigación hasta dar con el asesino con tintes religiosos se me ha hecho larga y pesada, la lectura poco ágil a pesar de la narrativa simple. La he disfrutado por partes.
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