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Grover ha sido enviado a una academia militar para infiltrarse en ella y conseguir captar a dos hermanos para llevarlos al campamento mestizo. Percy recibe su llamada de auxilio y acude a ayudarle en su misión acompañado de su buena amiga Annabeth, hija de Atenea, y de la reciente reincorporación de Thalia, hija de Zeus y que durante muchos años protegió el campamento convertida en árbol. Sin embargo, la presencia de los mestizos no ha pasado desapercibida para lo monstruos que persiguen a estos semidioses, por lo que no tendrán nada fácil rescatar a los hermanos de la academia y tendrán que luchar contra una mantícora que lleva tiempo vigilándolos mientras fingía ser uno de los profesores y que pretende secuestrarlos. Cuando Percy y sus compañeros creen que está todo perdido y que no pueden enfrentarse al monstruo, acudirán en su rescate las cazadoras de Atenea. Durante la pelea, descubrirán que la mantícora fue enviada por el titán Crono y su fiel secuaz Luke, antiguo campista y amigo de Percy que resultó ser un traidor. al regresar al campamento con los hermanos Di'Angelo (Nico y Bianca), tendrán que planear cómo enfrentarse a Cronos y cómo interpretar la profecía que dictaminará el futuro de los semidioses. Esta tercera parte nace de una premisa que ya es de sobra conocida en los libros de esta saga: nuevos mestizos se unen al campamento y ello implica una nueva y peligrosa misión para Percy y sus compañeros. Rescatarán a Nico y a Bianca de las garras de la mantícora que pretende llevarlos ante Cronos, quien está resurgiendo de su encierro gracias a Luke, un ex-campista. Una vez más, nuestros héroes deberán enfrentarse a lo que su enemigo está tramando, sobre todo después de que estos hayan raptado a Annabeth y la diosa Artemisa, pero la diferencia es que en esta ocasión dejaran a Percy fuera de los planes debido a la maldición que pesa sobre los hijos de los dioses principales. Pero estamos hablando de Percy Jackson, quien por supuesto no se va a quedar de brazos cruzados en el Campamento mientras sus amigos corren peligro, por lo que, con una pizca de ayuda de Poseidón, seguirá la pista de sus compañeros y terminará uniéndose a la misión. Aquí contamos con la incorporación (temporal eso sí) de las cazadoras de Artemisa, mujeres puras que han renunciado voluntariamente a sus vidas para unirse a la diosa en su cacería eterna. Lo que más entusiasmo me provocaba de leer este libro era la famosa aparición de los hermanos Di'Angelo porque parecen ser los personajes favoritos de los lectores de la saga. Si bien aquí tenemos un primer acercamiento y no sabemos mucho de ellos más allá de pequeñas pinceladas, el pequeño Nico me ha conquistado tal y como la gente prometía. Es dulce, inocente y cariñoso, uno de esos personajes a los que quieres proteger de todo mal. Tengo muchas ganas de ver cuál es su evolución y cómo se une a nuestro elenco principal de héroes. Por otro lado tenemos a su hermana mayor Bianca, que no ha sido santo de mi devoción pues la considero bastante antipática y toma unas decisiones que no me han gustado, a pesar de que entiendo el por qué lo hace. Como digo, apenas vemos un atisbo de estos dos nuevos personajes, pero me entusiasma saber cuál va a ser su papel a partir de ahora y qué relevancia van a tener en el resto de los libros. También conocemos a Zoe Belladona, la líder de las cazadoras de Artemisa, una muchacha arrogante, sabelotodo y con mucho carácter que en ocasiones me sacaba de mis casillas. Sin embargo, una vez comprendemos su trasfondo y su forma de ser y actuar, es imposible no reconciliarte con ella y te das cuenta de que su único objetivo es paliar los errores que cometió en el pasado y tratar de hacer las cosas lo mejor posible. El resto de personajes (Percy, Annabeth, Thalía y Groover) siguen en su línea. En esta tercera novela se exploran sus miedos, sus sueños y sus deseos más ocultos, especialmente en lo que a Thalía y Annabeth se refiere, ya que el autor se centra más en ellas y no tanto en Percy y en Groover. Pese a formar parte de la historia desde el primer libro, no fui consciente de lo poco que sabía acerca de Annabeth hasta que indagamos más en su pasado y sus motivaciones, lo que me ha hecho empatizar mucho mejor con ella y sentirla más cercana. Además, ya no se esconde tanto tras esa fachada de chica dura a la que nada le afecta y podemos atisbar mucho mejor su verdadera personalidad y sentimientos. Lo mismo me ha sucedido con Thalía, aunque es verdad que es un personaje que comienza a adquirir relevancia en la novela anterior, por lo que no sabíamos apenas nada sobre su vida a excepción de la leyenda de cómo se convirtió en árbol para proteger el Campamento. Tyson, el cíclope que resultó ser medio hermano de Percy, está trabajando para las fraguas de Hefesto, pero tiene breves apariciones en esta tercera entrega. Espero que vuelva a formar parte del elenco principal en algún momento porque me parece adorable. Por otro lado, aparecen nuevas divinidades como el dios Apolo, que va de tío guay y enrollado y es agradable que haya olímpicos que no intenten sabotear a Percy y su equipo. Pensé que Apolo me iba a hacer poner los ojos en blanco debido a su actitud chulesca, pero me ha sorprendido lo mucho que me ha gustado y espero que tenga más presencia de ahora en adelante y no solo apariciones estelares. También por supuesto, tenemos a Artemisa, una diosa que me ha encantado y de la que quiero saber más. Y cómo olvidar la pequeña intervención de Blackjack, el pegaso que aparece en la portada de esta edición y que me ha parecido adorable a muchos niveles. La trama sigue en la misma línea: nuestro cuarteto protagonista se embarca en una nueva misión para desmantelar los planes de Cronos, descubriendo en el proceso más sobre sí mismos, sobre los dioses, sobre el Olimpo y sobre las posibilidades que les plantea el futuro. Hay capítulos que son más frenéticos y están plagados de acción, alternados con otros momentos más reflexivos donde presenciamos qué piensan los diferentes personajes acerca del estado en el que se encuentran, tanto a nivel personal como en su relación con el Campamento y su papel dentro del juego orquestado por los olímpicos. Estas pausas también permiten al lector asimilar mejor todo lo que está sucediendo y las revelaciones inquietantes con las que se están encontrando nuestros héroes. Riordan nos habla de la amistad, de la familia, del dolor de perder a seres queridos y de sentirse incomprendidos, todo ello mezclado con su habitual buen humor y pequeños chistes que te sacan una sonrisa mientras lees. Me gusta que utilice sus libros no solo para enseñar de una forma amena mitología griega a los más jóvenes (y no tan jóvenes), sino aprovechar la edad de su público objetivo para invitarles a reflexionar sobre ciertos temas más trascendentales desde un punto de vista amable y sencillo a través de los ojos de los protagonistas. La maldición del titán es una tercera parte ágil, divertida, con nuevos personajes y con más desarrollo de los que ya conocemos, que se lee muy rápido y te hace disfrutar del universo que ha creado el autor. Además, sabemos más acerca de la profecía, intuimos qué verdad se esconde tras esta y se sientan las bases de una trama que tiene pinta de ser más compleja de ahora en adelante. Enlace: https://notodoesfantasia.blo.. |
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